Sin embargo no he vuelto a escribir
y todo no me parece tan lindo:
los pies en la tierra y nuevas piedras en los bolsillos.
Sin embargo tú
sin embargo yo
comenzamos a seguir
dispuestos a parir
rotando junto al sol.
Reventarse es parte de reinventarse
todo lo escrito es nada
todo lo dicho es todo
sin embargo Dios no existe
y tampoco la buena suerte
y reinventarse es reventarse
y versa-vice
Sin embargo yo te contemplo
como Dios en mis cielos
como tierra fertil
fresca, tierna de vida,
sin embargo fría,
fría con lo frío
- que nos quita la vida con tanta liviandad -
dura en los vientos
y Diosa en los cielos del deseo,
del movimiento de torbellinos terribles.
Y yo, bueno... yo,
sin embargo he vuelto otra vez
pero sólo para que leas esto
por si me ves volando y no te asustes:
ya sabes que eres el cordón a la vida.
jueves, diciembre 27, 2007
miércoles, noviembre 14, 2007
El Acorazado Submarino
El acorazado submarino, circumbirúmbico y estrafalaz, navega por las tierras de la incertidumbre sembrando menos bien que mal. En sus aguas, se logra distinguir el veneno de su lanzeta torpe, tórpeda, que poco a poco dibuja en la cara del que mira su andar la mancha tóxica de su fin último: crear máscara, careta. Y lo terrible es que la peste se ve en las caras de aquellas personas que no lograron ver aquel escupitajo lleno de sutilerías mal intencionadas, llenos de falsas expectativas hacia aquel endeble, desenmascarable, para mí.
Sin embargo, este joven acorazado goza de plena libertad de acción y justifica su acto con suma liviandad, que no demuestra más que plena impertenencia de sí mismo, falta de amor propio y amor por los ladrillos que ha edificado en los corazones de otros que hoy corren el peligro de volverse acorazados terrenales, inconcientes.
Pero para desenmascararlo, no hay necesidad de acción alguna: él mismo, al seguir abrazando con sus falsas escamas de fraternidad para lanzar sin remordimiento la mala amistad, se va develando como aquel que asesina a conciencia y luego, cuando todos descubren su fechoría, apela a la amnesia y la amnistía de la mano de quienes se quedaron deslumbrados creyendo en tanta basura inexistente.
Sin embargo, este joven acorazado goza de plena libertad de acción y justifica su acto con suma liviandad, que no demuestra más que plena impertenencia de sí mismo, falta de amor propio y amor por los ladrillos que ha edificado en los corazones de otros que hoy corren el peligro de volverse acorazados terrenales, inconcientes.
Pero para desenmascararlo, no hay necesidad de acción alguna: él mismo, al seguir abrazando con sus falsas escamas de fraternidad para lanzar sin remordimiento la mala amistad, se va develando como aquel que asesina a conciencia y luego, cuando todos descubren su fechoría, apela a la amnesia y la amnistía de la mano de quienes se quedaron deslumbrados creyendo en tanta basura inexistente.
domingo, septiembre 23, 2007
Será otro (Texto participante Santiago en 100 palabras 2007)
Uno, dos, tres: repasaba cuántas palabras llevaba. Mientras tanto, sonaba Chayane, otro tipo, luego Silvio. Luego perdí la cuenta; la micro no iba tan llena, por suerte. Veintiocho, veintinueve, treinta: había caído tanta lluvia este invierno; entre papeles mentales y otros circos y círculos de costumbre me había perdido. Pero ya no.
Este invierno se llevó casi toda mi poesía: pensaba mientras perseguía una ramita que se movía al son de Avenida Matta. Cinco, seis, siete: te veías tan linda hoy; lástima que ya no seré yo el que te cuente las últimas nueve palabras antes de cien. Cien.
Este invierno se llevó casi toda mi poesía: pensaba mientras perseguía una ramita que se movía al son de Avenida Matta. Cinco, seis, siete: te veías tan linda hoy; lástima que ya no seré yo el que te cuente las últimas nueve palabras antes de cien. Cien.
martes, junio 19, 2007
N/N
El pesimismo de mi poesía
radica en que aún tomo pastillas
para la desesperación y el hambre
y todavía pienso
en lo negro del suelo
cuando lo veo
siempre cargando con la culpa
de ser uno mismo
frente al mundo cojo,
desprovisto de esperanza.
Hoy me he visto de pie
y ayer desnudo observándote
y observándonos heridos
de esta guerra
de vivir día a día
sin saber cuándo ni cómo
llegará el deceso definitivo
aquel que nos quiebre
la voluntad forjada a palos.
Porque todos los días
nos han matado;
el estrés, la falta de plata,
el tiempo y el tiempo para los amigos,
para nosotros y para nadie,
el desconsuelo, la inacción y
el desconsuelo desde que nacimos.
Pero para hablarnos,
para amarnos y tocarnos
y hacer el amor
tuvimos que elevar la poesía
a una categoría más profunda
que lo bueno y lo malo
algo que ni siquiera un dios manchado
sospecharía.
Algo que sólo el cuerpo
supo inventar
lejos de toda la masacre
del mundo.
radica en que aún tomo pastillas
para la desesperación y el hambre
y todavía pienso
en lo negro del suelo
cuando lo veo
siempre cargando con la culpa
de ser uno mismo
frente al mundo cojo,
desprovisto de esperanza.
Hoy me he visto de pie
y ayer desnudo observándote
y observándonos heridos
de esta guerra
de vivir día a día
sin saber cuándo ni cómo
llegará el deceso definitivo
aquel que nos quiebre
la voluntad forjada a palos.
Porque todos los días
nos han matado;
el estrés, la falta de plata,
el tiempo y el tiempo para los amigos,
para nosotros y para nadie,
el desconsuelo, la inacción y
el desconsuelo desde que nacimos.
Pero para hablarnos,
para amarnos y tocarnos
y hacer el amor
tuvimos que elevar la poesía
a una categoría más profunda
que lo bueno y lo malo
algo que ni siquiera un dios manchado
sospecharía.
Algo que sólo el cuerpo
supo inventar
lejos de toda la masacre
del mundo.
lunes, junio 11, 2007
El dominio del cielo
No existe infierno en algún sitio. El cielo no es más que varios pedazos de gases manchados, en donde viven nubes también de gas y agua.
El dominio del cielo lo tiene uno sólo, llámasele como se quiera: Dios, Alá, conchetumadre, etcétera. Los musulmanes creen que el diablo es Bush; los estadounidenses creen que Dios es el petróleo y todo a lo que se le pueda sacar provecho. Y entre tantas disputas, por razones tan prescindibles, nosotros nos quedamos desprovistos de fe, y nos cuesta tanto, tanto construir en este territorio hostil creaciones "distintas" y ,el mantenerlas en pie, se hace casi oculto y en todo ámbito riesgoso, pero en realidad qué importa sobrevivir en este mundo, qué nos queda más que comer las sobras de Dios y de los hombres que mataron en su nombre para justificar sus actos. A nadie le falta Dios, porque ha muerto.
Porque el Dios de la infancia, que cualquier niño pudo haber creído en él por no tener discernimiento, se derrumbó cuando crecimos un poco y el infierno se hizo visible, patente y sublime en su forma de denominarse, porque luego algunos de nuestros padres, no todos, dirían: "así es la vida, es lo que nos toca vivir y hay que asumirlo". Error de acostumbrarse a vivir de las sobras del Diablo, porque ese no ha muerto, sólo mutó en unos cuantos empresarios capitalistas que guardan en sus refrigeradores los platos de comida que miles de niños necesitaron hoy y que su causa de muerte fue por falta de éstos.
El infierno no existe en ningún sitio: está en todos nosotros, porque Dios así lo quiso y Dios ha muerto, pero dejó su economía neoliberal en la mente de millones de hombres que callaron su deseperación gracias a la "solidaridad" -otra artimaña para mantener a la gente subordinada- en esta cárcel llamada Chile, Mundo, o como quiera llamársele.
"El dominio del cielo está en manos de los buenos y justos"
El dominio del cielo lo tiene uno sólo, llámasele como se quiera: Dios, Alá, conchetumadre, etcétera. Los musulmanes creen que el diablo es Bush; los estadounidenses creen que Dios es el petróleo y todo a lo que se le pueda sacar provecho. Y entre tantas disputas, por razones tan prescindibles, nosotros nos quedamos desprovistos de fe, y nos cuesta tanto, tanto construir en este territorio hostil creaciones "distintas" y ,el mantenerlas en pie, se hace casi oculto y en todo ámbito riesgoso, pero en realidad qué importa sobrevivir en este mundo, qué nos queda más que comer las sobras de Dios y de los hombres que mataron en su nombre para justificar sus actos. A nadie le falta Dios, porque ha muerto.
Porque el Dios de la infancia, que cualquier niño pudo haber creído en él por no tener discernimiento, se derrumbó cuando crecimos un poco y el infierno se hizo visible, patente y sublime en su forma de denominarse, porque luego algunos de nuestros padres, no todos, dirían: "así es la vida, es lo que nos toca vivir y hay que asumirlo". Error de acostumbrarse a vivir de las sobras del Diablo, porque ese no ha muerto, sólo mutó en unos cuantos empresarios capitalistas que guardan en sus refrigeradores los platos de comida que miles de niños necesitaron hoy y que su causa de muerte fue por falta de éstos.
El infierno no existe en ningún sitio: está en todos nosotros, porque Dios así lo quiso y Dios ha muerto, pero dejó su economía neoliberal en la mente de millones de hombres que callaron su deseperación gracias a la "solidaridad" -otra artimaña para mantener a la gente subordinada- en esta cárcel llamada Chile, Mundo, o como quiera llamársele.
"El dominio del cielo está en manos de los buenos y justos"
martes, enero 16, 2007
Kuchen de amor

Qué otra cosa más profundamente bella que compartir la vida construyendo a cada instante... y llenando con dulzura cada rincón de tristeza...
Es cierto, la vida está llena de cototos... pero díganme, ¿acaso no es bello hacer un kuchen en familia?...
Es uno de esos sentimientos invaluables
y de esos recuerdos que quedarán para siempre.
jueves, enero 04, 2007
La conciencia
Como si quisieran arrancarme algo más que la piel. Por suponer silencio, por sembrar la desidia en todas partes, por quedarse quieto. Me persigue la gran conciencia y no pretendo huir. Ahora estoy desnudo, frente a mis propios temores y ahí voy, al encuentro de mi misma cara esperándome en un pasillo para sacarme los ojos. Se destruyen lentamente en cortes piramidales y ni siquiera sangran, como si yo fuera una especie de animal sin fluido que camina quiméricamente pisándose la sombra, a ver si podíamos seguirnos hundiendo hasta las rodillas o incluso más, ahogarnos en la mierda cloacada de ese pozo séptico llamado recuerdo triste, esa espesa y densa capa musgosa llamada desgarro que además de cercenarte las ideas te arranca la crítica.
Ese es el despertar a la conciencia de vivir en un sistema asqueroso.
Ese es el despertar a la conciencia de vivir en un sistema asqueroso.
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