sábado, septiembre 16, 2006

El otro lado de la costumbre

Dormir desde el otro lado de la costumbre es realmente extraordinario, y no por el hecho de dormir sino con quién dormir, porque es cierto que podría dormir con cualquier actor de plástico o cualquier maniquí disoluto en movimientos extraños.

Lo extraordinario es compartir el sueño con Maga, porque ella todo lo sabe a ciencia incierta, como Lulú, la gran amiga de Enrique y Natalie... La verdad es que Maga sufre de friolencia y yo soy un calentador humano y lo grato ocurre cuando se aferra como un gatito a mi cuerpo y se aferra más fuerte y sigue durmiendo. Mientras tanto la voy descubriendo con la mirada y de repente pregunta qué estoy haciendo.

La estaba mirando desde el otro lado de la costumbre. Cuando Maga despertó no fueron necesarias las palabras. Todo fue sucediendo sin medir cuánta agua poníamos en el hervidor para la taza de té que tenía nombres. Ahora.

La taza de té del otro lado de la costumbre.


Un día la noche nos sorprendió escribiendo poemas en el pasillo de un Edificio con dos balcones en sus extremos.

*(-Javiera,capítulo especial para esta Edición Chilena)

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