El poeta le teme a las alturas. El poeta cuando corre sube su temperatura y la literatura aprendida entre tantras y tantas culturas se va llendo por la tangente que declina por cada gota de sudor y soltura.
!Es que el poeta no es un semidios ni un dios de papel maché!
Tampoco es una estructura, no, no, absolutamente no, porque al hablar de soltura nos metemos en la escritura que vuela como pájaro sin cielo limitado por ciertas leyes de poderes aéreos, que no es más que basura, que nos va disgregando y alejando cada vez más del otro poeta que es uno mismo tratando de describirse en plena plaza del centro de la ciudad donde habitamos, porque la literatura es como una semilla que se planta en cada tierra de nuestro cuerpo y se va cultivando en conjunto, y claro, en ciertos lugares crecen flores que muestran al público de pies y cabezas y troncos y otras extremidades lo bello de caminar por los mismos parques.
El poeta vive sin miedo.
Este poeta, que tiene a su poeta amada a tres mil seiscientos treinta y seis pasos no lo teme a la palabra, que es una mixtura y puente a la vez entre tantas cosas que se fueron por la vida y los que no quieren felicidad sino poder. La palabra aplaca, la palabra y desde la palabra la tortura se puede transformar en alegría y fuerza para no dejarse vencer por nada. Esas cosas que se fueron perdiendo fueron teledirigidas por un dinosaurio con su estómago lleno de dólares, -aún nos va quitando la fantasía-.
Es tiempo de crear, de recrear y transformar turas.
Javi, el amor... tura de turas...
Ayun, con cariño para vos... dedico estas líneas porque gracias a ti voy descubriendo lo bello de vivir y pensarme la vida contigo
Te amo.
martes, octubre 24, 2006
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