Un escalofrió intenso. Se sentó en la vereda un rato, hacía frío, comenzó a contar los autos que pasaban esa noche en dirección opuesta a él. Sentía su pecho atravesado, lo visto hace algunas horas atrás había sido realmente aterrador, lo dejó estupefacto, sin palabras.
Alejandra, como de costumbre, tuvo un día totalmente rutinario. En la mañana, fue al trabajo, con un pequeño percance de una clienta que trató de pasarse de lista guardándose una caja de chocolates bajo su blusa, la cuál rápidamente fue encarada y puesta en su lugar. En la tarde, almorzó con su novio. A las 5, como lo había acordado en complicidad, llamó a su amante para elegir el lugar donde reunirse una hora después. En la noche, fue a clases a la Universidad, para luego dirigirse de regreso a casa. En ese momento, cuando caminaba por la calle vio a un joven que le llamó de sobremanera la atención, se acercó a él, y dijo:
- Hola .. ¿Puedo ayudarte?. No recibió respuesta.
- ¿Hay algo que pueda hacer por ti ?. Ahora sí habló.
- Le chien de l'hiver dentelle mon sourire. Il a été dans le pont. J'étais nue et portait un chapeau avec des fleurs et entraînait mon cadavre aussi dévêts et avec un chapeau de feuilles sèches.
J'ai réuni beaucoup d'amours - j'ai dit - mais le plus beau a été mon amour pour les miroirs.
- Alejandra no supo que decir, cuando el joven volvió a hablar.
- y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
- Se quedó en silencio. No supo qué decirle. Guardó su silencio, y se sentó en la vereda junto a él.
Alejandra vio a aquel ser que aparentemente abundaba en nobleza, derrumbándose como un castillo de papel, consumido por la lluvia que brotaba de sus ojos, destrozados por una realidad incomprensible para ella. Cerró los ojos, sintió el ruido de los automóviles que uno a uno luchaba para alcanzar las calles que los llevarían a sus destinos.
En una especie de flash back comenzó a recordar toda su vida, y cuestionó como estaba actuando
- Debo hacer un giro en mi vida -. Comprendió que su lugar junto al joven ya no le correspondía, tenía que blanquearse y contar muchas verdades guardadas.
Largó a llorar desconsoladamente, y en ese instante en un acto inesperado, el joven salió corriendo por medio de la calle, en donde, unos minutos más tardes, encontró la inconciencia cuando chocó con un poste de luz. Por la impresión Alejandra dejó de llorar, se paró, elevó su mirada y dirigió su camino hacia el puente de la Ciudad. En él, un charco denotaba su rostro desfigurado mezclado con las trizaduras del pavimento.
Sacó de su bolso su cuaderno de prosa poética y escribió : "El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas.
He reunido muchos amores -dije- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos".
Sabes Javi, te robaré una frase que siempre ocupas... te extraño como sólo se extrañan las cosas necesarias... es cierto, estos últimos días me sentí extraño en mí mismo, tenías razón al decir que para dar el primer paso sólo había que darlo y lo demás era andar... ahora me siento no-angustiado y extrañándote... hace tiempo que no te veía en días... me haces falta y... me haces bien... no sabés cómo (cuánto no entra dentro de nuestra filosofía jajaja)...
Te amo!! Ayun ayun ayun
Quiero uno de esos abrazos apretados con cierta intención de tratar de estar más cerca de los límites que el cuerpo impone :)
: Te vuelvo a amar :D
domingo, octubre 08, 2006
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